martes, 23 de septiembre de 2008
La geografía física de Cusco, valle y laderas pronunciadas y de fuerte pendiente, está intimamente ligada a su geografía humana. En el valle; turismo y un aparente desarrollo. En lo alto de las laderas; riesgo de exclusión y marginalidad.
El barrio de Cari Grande, se encuentra en lo alto de una de esas laderas, al sureste de la ciudad. Por encima de las últimas casas del barrio, se extiende el altiplano, hasta hace poco tierras de labranza, hoy practicamente abandonadas.
Entre el 40 y 60% de las casas son ilegales y un amplio porcentaje de ellas, ni siquiera merecen llamarse casa. Con todo, no es la pobreza, que lo son, el pricipal problema de las gentes de Cari Grande, sino algo mucho más indigno e inhumano; la miseria. Eso que, tan bien, definiera Eduardo Galeano, hace ya más de 20 años:
"... Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos:
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
... Los nadie que cuestan menos que la bala que los mata."
Las victimas de:
" El sistema, que:
Con una mano roba lo que con la otra presta.
Cuanto más pagan, más deben.
Cuanto más reciben, menos tienen.
Cuanto más venden, menos cobran."
domingo, 21 de septiembre de 2008
Huayna Picchu
La montaña Huayna Picchu (con una altitud de 2.667 msnm) forma parte de las estribaciones orientales del macizo de Salcantay, en Cusco, Perú. Es conocida principalmente por ser el telón de fondo de la mayoría de fotografías panorámicas de las ruinas incas de Machu Picchu. Sin embargo ella misma alberga también importantes restos arqueológicos relacionados con el famoso complejo inca.
Camino hacia la cumbre
Un camino que parte del extremo norte de Machu Picchu atraviesa la estrecha lengua de tierra que conecta las montañas Machu y Huayna Picchu. Luego el camino se bifurca. El ramal derecho asciende a la cima. Su construcción debió ser ardua y en extremo peligrosa: Es un camino muy empinado, estrecho, que incluye varios tramos con escalinatas talladas en la roca viva al borde mismo en la pared vertical de roca. Al final, y coronando el Huayna Picchu hay algunas construcciones menores, incluyendo una portada y una piedra labrada grande a modo de trono que se conoce como "Silla del inca". Pero lo más interesante aquí es la vista que se tiene de las ruinas y del Urubamba al fondo del Cañón, cuyas aguas turbulentas se oyen tronar aún en un sitio tan elevado. El nevado Salcantay (sacralizado por los incas) es visible desde aquí como lo es también la curiosa alineación que existe entre el Huayna Picchu, la cumbre del Machu Picchu y el mencionado nevado que según Johann Renihard es una de las principales razones por las que Machu Picchu fue importante en tiempos de Pachacutec (1438-1572).
El Templo de la Luna
El otro camino va hacia la parte posterior de la montaña y lleva hasta a uno de los más notables complejos de construcciones subterráneas de la región. Se trata de varias cuevas, algunas de las cuales han sido forradas (a una escala mayor que en el Mausoleo de Machu Picchu) con bloques de fina cantería que han sido tallados para encajar con precisión con los contornos irregulares de las grandes afloramientos rocosos que les sirven de techo. Los muros, de carácter claramente ornamental, incluyen falsas portadas y nichos trapezoides de doble y triple jamba. Si bien su función específica se desconoce, está claro que se trata de un conjunto de construcciones de élite por el esfuerzo que demandó hacerlas. Se cree que pudo tener usos funerarios y que todas las tumbas fueron saqueadas en algún momento de la historia de la región.
El nombre "Templo de la luna" es arbitrario y no tiene respaldo arqueológico aunque se ha hecho popular entre los arqueólogos y los guías turísticos. Revela en todo caso el interés común por compararlo en calidad con otros edificios incas, como el "templo del sol" de Machu Picchu.
Llegar hasta allí toma aproximadamente una hora y media caminando desde la ciudad. Desde aquí parte otro camino cuesta abajo hacia el río Urubamba.